La noche del 8 al 9 de marzo de 2025, como cada primavera, los quebequeses tendrán que adelantar una hora sus relojes. A las dos de la madrugada serán de repente las tres, por lo que todo el mundo perderá una preciosa hora de sueño. A cambio, disfrutaremos de un poco más de luz al final del día. Pero, ¿realmente compensa? Con la fatiga acumulada, el aumento de los accidentes de tráfico y las alteraciones de nuestro ritmo biológico, la cuestión de suprimir el cambio de hora resurge cada año. Sin embargo, a pesar del debate, seguimos jugando con las manecillas del reloj como si nuestra vida dependiera de ello.
¿Por qué lo hacemos?
El cambio de hora se introdujo durante la Primera Guerra Mundial para ahorrar energía, en particular limitando el uso de la iluminación artificial. Hoy en día, con los avances tecnológicos, este ahorro es mínimo. No obstante, persisten los efectos negativos. Los estudios demuestran que esta transición altera los ritmos circadianos, lo que aumenta el riesgo de sufrir trastornos del sueño, irritabilidad y problemas cardiovasculares. También aumentan los accidentes de tráfico los días posteriores al cambio al horario de verano, debido a la falta de sueño generalizada.
Algunas provincias ya han abandonado esta práctica. Saskatchewan y el Yukón han decidido permanecer en el mismo huso horario todo el año. Ontario ha aprobado una ley para suprimir el cambio de hora, pero está a la espera de que Quebec y el estado de Nueva York hagan lo mismo para aplicarla. De momento, todos miran a otro lado y no pasa nada. Mientras tanto, los quebequeses siguen soportando esta pequeña diferencia horaria forzada dos veces al año, un poco como un vuelo a Europa… Sin el viaje.
¿Cómo sobrevivir al cambio de hora?
No tenemos elección, así que mejor estar preparados. A continuación, le ofrecemos algunos consejos para minimizar el impacto de este cambio en su cuerpo y su estado de ánimo:
- Cambie gradualmente la hora a la que se acuesta. Intente acostarse entre 15 y 20 minutos antes cada noche unos días antes del cambio. Así su cuerpo se adaptará sin problemas.
- Expóngase a la luz natural a primera hora de la mañana. La luz natural desempeña un papel fundamental en la regulación de nuestro reloj biológico. Salga al exterior o abra las cortinas nada más despertarse para facilitar su adaptación.
- Evite la cafeína y las pantallas por la noche. El café y la luz azul retrasan la producción de melatonina, la hormona relacionada con el sueño. Si quieres evitar dar vueltas en la cama, no consumas sustancias que la retrasen, al menos una hora antes de acostarte.
- Mantén un ritmo regular. Coma y duerma a horas fijas para ayudar a su organismo a adaptarse rápidamente.
- Tenga paciencia. Ten en cuenta que los efectos del cambio de hora pueden durar unos días. No te agobies el lunes siguiente y tómate tu tiempo para recuperar la energía.
Si le cuesta asimilar este trastorno bianual, debe saber que el próximo cambio de hora tendrá lugar la noche del 1 al 2 de noviembre de 2025, cuando se retrasará una hora. Será una oportunidad para recuperar el sueño perdido hasta la próxima primavera.
Queda por ver cuánto tiempo más toleraremos este absurdo vals de los relojes. La opinión pública y la ciencia parecen estar de acuerdo: es hora de abandonar este hábito. ¿Quién tendrá por fin el valor de parar el reloj?
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